Aunque no sean las cifras previas a la crisis, el mundo de la escenografía para la publicidad, el cine o la televisión sigue moviendo mucho dinero en España. Dar un servicio de calidad a las necesidades del sector es el objetivo de Artefacto, una de las empresas de escenografía punteras y con la cartera de servicios más amplia: desde decorados ficticios, vestuario o maquillaje hasta efectos especiales, maquetas y animatrónicos, nada se les resiste. Con Tomás Gómez, su creador y director, hemos hablamos de la historia de la compañía, sobre algunos de sus mejores trabajos (que seguro que has visto más de una vez) y de todo el proceso creativo desde que aceptan un encargo hasta que lo entregan.
Tomás, ¿cuándo y por qué os lanzasteis a crear Artefacto?
La empresa la fundamos Juan Ardura y yo en 1998. Ambos hablamos trabajado antes en proyectos de efectos especiales y maquillaje en otros talleres. Juan y yo coincidimos en 1996 en uno de ellos y nos dimos cuenta de que habíamos estado trabajando en los mismos sitios pero en momentos distintos y vimos que los dos teníamos las mismas inquietudes de poder formar nuestro propio taller para hacer las cosas que creíamos que no se hacían en España.
¿Entonces no había antecedentes familiares dentro del sector ni en tu caso ni en el de Juan?
No, toda la experiencia que teníamos la habíamos adquirido en esos talleres en los que habíamos trabajado. Cuando nos conocimos nos surgió la idea de crear artefactos varios, y de ahí nuestro nombre.
Tomás Gómez y Juan Ardura nos presentan la empresa que fundaron hace casi veinte años:
Artefacto Escenografía S.L.
Seguro que recuerdas vuestro primer trabajo.
¡Claro! Lo primero que hicimos fue una oruga animatrónica para el Museo de Cera de Madrid, Tomasa la llamamos. El poco margen de beneficios que nos dio lo gastamos en hacer un mailing con unas tarjetas de visita y las enviamos a las productoras más relevantes del país. Y a partir de ahí empezó a sonar el teléfono.
¿Y quienes fueron los primeros en telefonearos después de aquello?
Una de las primeras cosas que hicimos fue un pequeño muñeco diabólico con luces en los ojos y cosas así para la serie Los Ladrones Van A La Oficina. Estamos hablando de unas 25.000 pesetas de las de entonces, ciento cincuenta eurillos. Y luego ya fuimos poco a poco. Empezamos en un taller en un sótano muy pequeño en Vallecas y luego empezó a entrar un poco más de trabajo y empezamos a conocer a gente interesante de los medios, nos fuimos a una nave.
Los mayores retos de Artefacto
A día de hoy, prácticamente no queda técnica que no domináis.
Sí, hoy en día esto ha crecido muchísimo. Hay cerca de treinta personas trabajando en cerca de 2.500 metros cuadrados de instalaciones más una nave almacén con 600 metros más. Tenemos varios departamentos, desde cerrajería, carpintería, animatrónica, escultura, corte por control numérico, proyección de poliurea… prácticamente todo lo que se puede necesitar para dar un buen servicio al medio audiovisual.
Algunos de los primeros artefactos construidos, convertidos hoy símbolos de la compañía.
Desde fuera, siempre parece más complicado todo lo que implica animatrónica.
Animar objetos inanimados siempre es lo más complejo. Por mucha experiencia que tengas, siempre requiere un paso más. Hay auténticos fuera de serie en el mundo, gente muy especializada en eso, que hace unos animatrónicos increíbles. Nosotros aún no hemos podido especializarnos en ello, porque ni hay mercado en España ni proyectos en el mundo para tantos.
Pero habéis hecho trabajos importantes en este campo, como el oso polar animatrónico que creasteis para un anuncio de TV.
Sí, para ese proyecto Santa Lucía confió en nosotros. El proyecto duró tres meses y fue muy complejo. Finalmente lo pudimos resolver muy bien gracias a la experiencia y la base que ya teníamos.
Cómo se hizo el oso polar robotizado y cómo se rodó el anuncio de la aseguradora para el que fue contratado.
¿Cómo se trabaja la parte creativa cuando se está a las órdenes de un cliente y no se tiene libertad absoluta de creación?
Todo empieza por alguien que te diseña y te da la idea. Normalmente se trabaja con un director artístico, un diseñador de producción. Él diseña el trabajo que se quiere, te pasa los planos y las medidas pero él también se pone un poco en tus manos sobre, por ejemplo, qué materiales son los mejores, qué pintura hay que usar, qué tipo de acabado puede tener… Al final es un trabajo conjunto. Cuando hay efectos especiales, igual: dirección artística tiene que tener también esa sintonía con los técnicos de efectos para que el trabajo de los distintos departamentos está muy unido.
¿Recuerdas especialmente algún proyecto en el que se haya dado esa sintonía con el equipo artístico del cliente?
Bueno, el toro mecánico del anuncio de Ausonia es un elemento que tuvo su miga. Fue un muy buen diseño por parte del director artístico, un director de la publicidad muy exigente, un proceso de ejecución muy cuidado y una productora detrás muy interesante. Era un proyecto difícil pero no más que otros tantos que entran. Teniendo los conocimientos, con imaginación se resolvía. Al final, lo que convierte un proyecto en difícil es la falta de tiempo o de dinero.
Varios años después del rodaje del anuncio, el genial toro mecánico sigue en las instalaciones de Artefacto ¡y aún funciona!
¿Es esa falta de tiempo y/o presupuesto la que puede llevaros a rechazar un proyecto?
Nosotros no decimos que no a nada. Sí nos han dicho que no alguna vez, y efectivamente ha sido por el tiempo o el presupuesto que se necesitaba para que el trabajo fuera de calidad. Por lo demás, nosotros lo aceptamos todo.
¿Qué es lo más raro que os han pedido?
Ya no nos sorprende nada. Acabo de pasar un presupuesto de un testículo inflamado… con eso te lo digo todo.
Lo que sí que tuvo que ser complicado es la Kiss Machine que hicisteis para una conocida marca de helados, ¿la construisteis vosotros por completo?
Sí, salvo el software para subir las fotos y los mensajes a redes sociales, lo hicimos todo: la máquina que da vueltas, la cobertura, los vinilos, los muebles, la logística, la instalación… Fue muy curiosa de construir porque realmente lo que se mueve no es la plataforma sino un eje perimetralmente en 360 grados con un brazo robotizado que te saca fotos o te graba en vídeo. El eje no podía encontrar ningún obstáculo en su camino y a su vez la plataforma tenía que soportar el peso de varias personas encima, así que fue complicado. La última vez que la sacamos fue a Lisboa. Montamos el chiringuito en una plaza muy céntrica y todo el mundo a darse besos y a quererse mucho, estuvo muy simpático.
Antes que los lisboetas, cientos de personas probaron la Kiss Machine de Artefacto en la madrileña plaza de Callao.
Proyección internacional
Lisboa es de lo más cercano que habéis trabajado en el exterior, ya que habéis tenido proyectos en Noruega, Suiza, incluso Japón, ¿tenéis planes de expansión fuera de España?
Hemos ido a todos los sitios donde nos llaman: Moscú, Japón, Alemania… Tenemos clientes por medio mundo y hemos salido mucho a trabajar fuera, pero nuestro mercado fundamental es el español.
¿Es tan importante el mercado español como para mantener a varias empresas del sector?
Aquí hay muy buenas empresas de audiovisuales y muy buenos profesionales. Os sorprendería ir un día a un rodaje y ver trabajar a un equipo español de iluminación, de efectos especiales o de maquillaje. El nivel es muy alto. De hecho, hay muchos profesionales españoles dentro de todos los ámbitos trabajando en empresas extranjeras, con gente muy destacada del mundo del cine y la televisión en sitios como Pinewood Studios en Londres. El problema que hay aquí a veces es la falta de presupuesto. Comparativamente hablando con campañas de multinacionales con base en Estados Unidos como Coca Cola, el mercado español es muy pequeño.
Habéis trabajado también con personajes mundialmente conocidos como Cristiano Ronaldo.
Sí, con él hemos hecho últimamente un anuncio muy simpático de Turkish Telekom, nos ocupamos de construir los decorados y algunos efectos especiales. Lo mismo hicimos en el último que sacó para Nike, que quedó súpercachondo.
Making of de este anuncio de Turkish Telecom con Cristiano Ronaldo en el que participaron los chicos de Artefacto.
Otra asidua de vuestros trabajos es Penélope Cruz ¿cómo fue trabajar con ella?
Penélope es una persona muy cercana, muy amable. La conocí en persona allí por el 2004 en un decorado con una escalera de caracol enorme con una estructura imposible que hicimos para un anuncio de champú de L’Oréal. Quedaron muy contentos. A partir de ahí hemos coincidido en muchos rodajes, desde Nintendo a Lancôme. En la pelicula de Mama nos encargamos de hacer la prótesis de embarazada que lleva o el dummy de bebé que sale cuando por fin da a luz. También los efectos especiales de la película. Y lo último que hemos hecho con ella hasta el momento ha sido otro anuncio de L’Oréal.
También participasteis en la película El Laberinto del Fauno ¿Cómo llegó a vuestras manos ese proyecto?
Nosotros ya conocimos a Guillermo del Toro en El Espinazo del Diablo. Nos llamó la productora El Deseo de Pedro Almódovar y nos dijo que tenían un director de cine fantástico muy bueno, que ya había hecho Mimic, y querían proponerle una empresa de fabricación de ficticios para una película. Me reuní con él en una de las cientos de mesas que hay en El Deseo y me pareció un tío muy cercano, muy listo, que sabe de lo que habla porque él había empezado con una empresa de efectos especiales en México. La comunicación fue muy fácil porque sabía lo que quería.
Lo primero que me pidió fue que le llevara una muestra de un ficticio de un lingote de oro para una de las secuencias de El Espinazo del Diablo, el que Marisa Paredes guardaba en la prótesis de su pierna. El metalistero con el que yo trabajaba en aquel momento me hizo un lingote con el baño de oro perfecto y hasta número de serie grabado y Guillermo quedó impresionado. Y ya empezó a pedirme una bomba, un Cristo, unas canicas de moco y barro que hicimos con barro de verdad y látex de color moco… Quedó igualmente contento y cuando vino a Madrid a rodar El Laberinto del Fauno me puso en contacto con Eugenio Caballero y Pilar Revuelta, ganadores de un Oscar a la Mejor Dirección Artística, y su equipo de diseñadores, y nos ocupamos de hacer muchos ficticios y esculturas y algunos decorados. Desde entonces la relacioón con ellos es muy buena. Con Eugenio trabajamos de nuevo cuando le encargaron la dirección artística de The Limits of Control de Jim Jarmusch. Trabajar con Guillermo es siempre un honor y un placer.
Un almacén lleno de piezas alucinantes
¿Una vez utilizado el material vuelve a vosotros?
Normalmente, sí. Nuestra política es que nuestros clientes financian la fabricación de un elemento, pero tanto las ideas constructivas, como los materiales empleados, como el sistema de fabricación creemos que forman parte de un secreto profesional que no puede estar jamás incluido en un precio de venta. No cobramos por lo que hacemos, sino por lo que sabemos. El cliente tiene a su disposición lo que ha fabricado por un periodo de unos seis meses. Cuando no lo va a necesitar más, entonces ya pensamos si nos los quedamos y lo guardamos o si lo desmantelamos o destruimos. Nuestro trabajo está expuesto, puede verse en los making off y nosotros lo mostramos, pero hay muchas cosas que no se desvelan, lo que sabemos queremos que se mantenga dentro de nuestro círculo.
¿Pero no lleváis un negocio paralelo de venta de esos elementos?
No, lo que tenemos es la posibilidad de alquilar o de cesión temporal de materiales para eventos u otras publicidades. A lo largo de nuestra existencia nos ha dado tiempo a hacer miles de objetos y si nos piden algo que tenemos, lo ofrecemos. Tenemos, por ejemplo, una pesa de halterofilia que pesa muy poco. Y en Halloween siempre tenemos muchas solicitudes de lápidas y decoración tenebrosa. Hay una línea de negocio por ahí, un complemento, pero no es nuestro objetivo final, que realmente es la fabricación de elementos para cine, televisión, publicidad y teatro.
![]() |
![]() |
En el almac?n de Artefacto puedes encontrarte a Scrat, la ardilla de Age Ice, Predator y Alien.
¿Y cómo lo gestionáis? ¿Tenéis un inventario?
Tenemos una web pero no la tenemos muy actualizada. Lo que actualizamos todos los días es nuestro LinkedIn, Instagram y Facebook en los que colgamos trabajos que hemos hecho a lo largo de nuestra historia o trabajos que están en proceso, siempre con la autorización del cliente. Así promocionamos nuestro trabajo y el de nuestro cliente.
Si a alguno de nuestros lectores aficionados al coleccionismo quisiera adquirir alguna de vuestras piezas, ¿podría hacerlo?
Cuando algún objeto lleva ya algún tiempo en nuestro taller y no le damos salida, y consideramos que ha llegado el momento de venderlo, se vende si hay una buena oferta. Un subastero británico nos hizo una buena oferta y se llevó parte de la decoración y los ficticios de El Laberinto del Fauno: el trono, unos tótem que simulaban piedra…
Presente y futuro de la compañía
A pesar de haber trabajado con profesionales y medios tan importantes, ¿os seguís publicitando a día de hoy?
Seguimos haciendo una publicidad que consideramos muy interesante en Kemps, un anuario británico al estilo del antiguo Cineguía español pero a nivel mundial. No nos reporta muchos clientes porque ya nos conocen pero estar ahí es importante. Invertir en un poco de publicidad nunca es desperdiciar el dinero.
¿En qué estáis metidos ahora (de lo que se pueda contar, claro)?
Hemos tenido mucho trabajo para Halloween, desde salir a maquillar a montar lápidas y cruces o poner humo en restaurantes y fiestas particulares. Y ahora mismo estamos involucrados en la campaña de Navidad para grandes superficies que cada vez la adelantan más ¡Hemos empezado a montar escaparates el 15 de noviembre!

Escaparate navideño en proceso de creación en el taller de Artefacto (izq) y ya terminado en los grandes almacenes (dcha).?
Ya que estamos en estas fechas ¿qué le pediríais a los Reyes Magos para el año próximo?
Una cosa que podría ser interesante en un futuro próximo sería tener una nave plató, un sitio donde las productoras tuvieran muy cerca la construcción del decorado, los efectos especiales y en la nave de al lado su plató para poder rodar. Eso sería muy económico y cómodo al rodar y para el cliente.
¿Formaría eso parte de un futuro plan de ampliación de la compañía más ambicioso?
Aparte de la nave plató, no sabemos dónde podría estar esa expansión, porque ya hemos tocado todos los departamentos que hay en cine y televisión. Siempre tenemos ambiciones e inquietudes, pero creemos que estamos bien donde estamos. Hemos llegado a un punto en el que nuestra empresa no debería crecer más, no porque nos dé miedo sino porque consideramos que el segmento en el que estamos instalados es suficiente, no creemos que vayamos a aportar mucho más o a conseguir muchos más objetivos si seguimos ampliando.