De los 10 años, 58 premios, 1.500 planos y 450 millones de 300

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Hoy hace ya una década que se estrenó en España, dos semanas después de hacerlo en Estados Unidos, una película a la que, personalmente, debía un pequeño homenaje. No sólo por haber cambiado la manera de rodar el cine épico que tanto me gusta y hacerlo llegar a un público masivo, que también, sino sobre todo por el impacto tan positivo que ha tenido en la vida de mucha gente, entre la que me incluyo. Se trata, por supuesto, de 300 de Zack Snyder.

Spoiler Alert

Como ya todos sabréis a estas alturas, 300 relata de una manera muy particular la batalla que, en el verano del año 480 a.C. libraron un pequeño grupo de espartanos liderados por el rey Leónidas contra el ejército invasor de Jerjes I en el desfiladero de las Termópilas. Lo estrecho del campo de batalla anuló la aplastante superioridad numérica de los persas y permitió a los espartanos soñar con derrotarlos, lo que podría haber sucedido de no ser por la traición de un pastor griego, Efialtes, que enseño a los invasores un camino de cabras alternativo con el que atacarlos por la retaguardia y rodearlos.

Primera batalla, para ir abriendo boca.

La masacre derrota de los espartanos permitió la alianza de las distintas ciudades-estado griegas, lo que a la postre se tradujo en las victorias de esa liga panhelénica en las batallas de Platea y Salamina y la expulsión de Jerjes I de tierras griegas como ya habían hecho con el ejército de su padre Darío en la batalla de Maratón diez años antes.

Vuelve con tu escudo, o sobre él

Contrariamente a lo que pueda parecer por el argumento, 300 no sólo no se puede considerar una película histórica, sino que tampoco pretende serlo. De hecho, está basada en la novela gráfica homónima de Frank Miller, que a su vez está inspirada en el séptimo de los nueve libros de Historia que Herodoto escribió varias décadas después de que sucedieran los acontecimientos que narra. O sea, que cualquier parecido con lo que realmente sucedió es pura coincidencia, y así lo ha dejado claro el director en más de una ocasión.

Se puede decir más alto pero no más claro: «Nunca dijimos que ésta fuera la película de la máquina del tiempo.» Zack Snyder, director de 300.

Eso no quita para que mucho de lo que se sabe de la batalla de las Termópilas, de la sociedad espartana y de las relaciones entre las ciudades estado griegas durante la Primera y Segunda Guerras Médicas esté ahí: desde cómo funcionaba la falange del ejército espartano a qué era la agogué, el sistema educativo totalmente organizado y controlado por el Estado y en donde se primaba el entrenamiento militar y los deportes, sin descuidar otro tipo de enseñanzas, como la música, y que aparece muy bien representado en la película durante el entrenamiento del joven Leónidas. O el Oráculo de Delfos, que no predecía el futuro, como se suele creer. Tal y como refleja la película, se limitaba a desvelar si una determinada empresa contaba con el beneplácito de los dioses o no.

Molon labe

Si la interpretación del hecho histórico en sí es ya de por sí original, técnicamente la película es un prodigio y no se entiende que no estuviera nominada a ningún Óscar técnico, sobre todo teniendo en cuenta que fueron La Brújula Dorada y Sweeney Tood las películas que se hicieron ese año con los Óscars a los mejores efectos visuales y a la mejor dirección artística, respectivamente. El estilo visual logrado por Zack Snyder supera ampliamente a esas dos películas al reflejar fielmente la epicidad (como diría nuestro compañero y amigo Jesús Jiménez) de la obra de Frank Miller.

Para compensar su sequía de Óscars, fue nominada a otros 58 premios, de los que se llevó 16 a casa, entre ellos los Premios Saturno a la Mejor Película de Acción y Mejor Director que entregó en su 35 edición la Academia de Cine de Ciencia Ficción, Fantasía y Películas de Terror de Estados Unidos. Y es que la dirección artística es impecable, pero es que la novela gráfica es tan increíble que no tenían más que utilizar sus viñetas como story-board para conseguir un resultado espectacular. Así lo hicieron, y son muchos los planos de la película calcados del cómic.

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300 tiene imágenes como éstas, tan potentes visualmente que se quedan grabadas en la retina (click para ampliar). Hemos seleccionado muchas más aquí.

En 300 todo está deliberadamente exagerado: desde el físico de los espartanos, con lo que se consigue aumentar su heroicidad; hasta el ejército de los inmortales, para que el espectador se haga una idea de cómo veían los espartanos los enemigos a los que se enfrentaban; o el mismo Efialtes, representado con gran acierto en cómic y película como la viva imagen de lo que para los 300 suponía la traición, es decir, una aberración, una deformidad y, en definitiva, un horror.

Los efectos visuales, especialmente el tratamiento de la imagen, han creado escuela y han sido copiados hasta la saciedad en anuncios y series de televisión. Los 1.500 planos de la película fueron tratados digitalmente y 1.300 de ellos incluyen efectos especiales de nueva generación. La postproducción es tan buena que, aunque casi toda la película transcurre al aire libre, resulta increíble que no salieran (salvo la escena de los caballos a galope llegando a Esparta) de los desaparecidos Icestorm Studios de Montreal para rodar en exteriores.

Una pequeña muestra de todo el trabajo que hay detrás de los efectos visuales conseguidos en 300.

¡Si hasta la escena de sexo encaja perfectamente en la trama y la estética de la película! A diferencia de las chabacanas y gratuitas escenas de sexo que tan a menudo nos meten con calzador en el cine patrio, la de 300 recrea, de una manera muy elegante y en su propio estilo, la última noche de un soldado con su esposa antes de partir hacia la guerra. Una noche en la que ambos saben, pero ninguno de los dos dice, que puede que no se vuelvan a ver.

La experiencia completa

Cuando una película me gusta tanto como para verla decenas (sin exagerar) de veces, siempre reflexiono sobre qué es lo que me resulta tan arrebatadoramente interesante. En el caso de 300, llegué a la conclusión de que era la combinación perfecta de fuerza física y unos principios más fuertes todavía lo que me resultaba tan atractivo. Es una de esas combinaciones perfectas que, como la tónica y la ginebra, cualquiera querría que le acompañara en su vida para siempre porque nunca fallan.

300 ha conseguido que unos héroes casi olvidados en la Historia y que sólo se asociaban con austeridad sean hoy sinónimo de fuerza, coraje, lealtad, compromiso, honestidad y decisión en todo el mundo. Como esos principios férreos yo ya los tenía, sólo me faltaba la fuerza física para lograr ese maridaje perfecto. Y así fue como 300 me mandó, como a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo, de cabeza al gimnasio, de donde no he salido todavía. Habría que remontarse a las películas de Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone de los 80 para encontrar un fenómeno social similar.

Si no estás nervioso antes de entrenar, piénsatelo dos veces: igual tu entrenamiento no es lo suficientemente duro.

Esta noche cenamos en el infierno

Un producto tan bueno y con tanto éxito como 300 no podía estar exento de críticas, más por los quince minutos de fama que aprovecharon para tener los que la criticaron que porque realmente las mereciera. Por ejemplo, fue acusada en más de una ocasión de haber sido financiada por el gobierno de Estados Unidos con no se sabe bien qué afán militarista y, por supuesto, imperialista. Medios iraníes llegaron a afirmar que la película formaba parte de una guerra psicológica ejercida por Estados Unidos.

No sé hasta qué punto esas acusaciones son ciertas o son pura invención, ni me voy a molestar en comprobarlo. Ojalá toda la propaganda gubernamental, de la administración americana o de cualquier otro gobierno, tuviera la milésima parte de calidad, originalidad y esfuerzo que hay detrás que esta película.

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¿Cómo? ¿Que no te gusta 300? ¡Al hoyo!

Eso sin mencionar que algunos de los que la critican por su presunta financiación pública no suelen hacerlo cuando se subvenciona otros cines mucho más ruinosos, como el español. 300 costó 70 millones de dólares y recaudó más de 450 millones, siendo la segunda película más taquillera del año sólo por detrás de la tercera entrega de la saga Piratas del Caribe. Ya nos gustaría en España que una sola película española recaudara más de seis veces de lo que (nos) cuesta.

¡Preparaos para la gloria!

Personalmente, ni la primera película de Zack Snyder, El Amanecer de los Muertos, ni ninguna de las que ha hecho después de 300 (Watchmen, El Hombre de Acero, Batman Vs SupermanLa Leyenda de los Guardianes y la inefable Sucker Punch) me ha impactado tanto como aquella, por lo que guardo serias sospechas de que se la hiciera un primo suyo. A juzgar por los presupuestos de las superproducciones que ha realizado después, puede decirse que el éxito de 300 supuso un trampolín para su carrera como director. Y no fue el único de los que intervinieron en la película que se vio lanzado al estrellato de la noche a la mañana.

Gerard Butler, sin ir más lejos, llevaba más de diez años pasando sin pena ni gloria por películas tan potentes como Tomb Raider junto a Angelina Jolie o El Imperio del Fuego junto a Christian Bale y Matthew McConaughey. Interpretar al rey Leónidas supuso su consagración definitiva como actor de películas de acción, que ha explotado en films como Un Ciudadano Ejemplar, Gamer o Objetivo: La Casa Blanca y que ha compaginado con comedias románticas del estilo de Postdata: Te Quiero, La Cruda Realidad o Exposados.

Algo parecido le sucedió a su pareja en la ficción, Lena Headey, que interpretó a la reina Gorgo, y que después ha seguido dando vida en series de televisión a mujeres de armas tomar como las mismísimas Cersei Lannister de Juego de Tronos y la madre del líder que se enfrentará algún día a los Terminator, en Las Crónicas de Sarah Connor.

El reparto del 300 durante el estreno de la pel?cula en Londres
El reparto de 300 al completo durante su estreno londinense.

Otro actor que alcanzó la gloria tras su salto de las series de televisión al cine con 300 fue Michael Fassbender. Tras el éxito de ésta, ha trabajado en, entre otras, Malditos Bastardos, Shame y Doce Años de Exclavitud. Ha llegado incluso a interpretar a Magneto en varias películas de la saga X-Men, a Steve Jobs en uno de sus biopics y a Callum Lynch en la desaprovechada Assassin’s Creed. Protagonizó también la precuela de Alien, Prometheus, y este año estrena la secuela de la precuela, Alien: Covenant.

No podemos dejar de reconocer el trabajo de un irreconocible Rodrigo Santoro, actor brasileño de telenovelas y de la serie Perdidos (otro culebrón), cuya filmografía en Hollywood es más discreta: Los Ángeles de Charlie: Al Límite, Love Actually o la innecesaria Phillip Morris ¡Te Quiero! Actualmente le podemos ver en la serie Westworld, aunque su imagen es ya inseparable de la del emperador persa Jerjes I que interpretó en 300 y en 300: El Origen de un Imperio.

Influencia que llega hasta nuestros días

A pesar del éxito de 300, la secuela tardó ocho años en llegar, por lo que no pudo contar con el mismo director, metido de lleno como estaba en ese momento en tratar de devolver todo su esplendor a Superman en El Hombre de Acero. La ausencia de Zack se nota en cada fotograma de 300: El Origen de Un Imperio: ni la postproducción es tan impactante, ni la dirección artística es tan creativa, ni el protagonista (un tal Sullivan Stapleton del que ya nadie se acuerda) tiene el carisma de Gerard Butler. A pesar de todo ello, es una buena película con un guión complementario al de la primera parte en el que se muestra la lucha contra los persas en las batallas de Maratón y Salamina desde el punto de vista de los atenienses. Todos los rumores apuntan a que habrá tercera parte, pero poco más se sabe. Esperemos no tener que esperar otros ocho años para disfrutarla.

Pero la influencia de 300, como la de la Batalla de las Termópilas en que está basada, va mucho más allá de sus secuelas y llega hasta nuestros días. Dos años después de que llegara a los cines, ya estaba lista su parodia, Casi 300, una payasada sin gracia pensada únicamente para hacer caja aprovechando el tirón de la original, y en enero de 2010 se estrenó la serie de televisión Spartacus, que narra la rebelión de los gladiadores contra Roma en el siglo I a.C. y está claramente influenciada por la estética de 300. Ese mismo año tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Williston, cercana a Montreal, la primera Spartan Race. Hoy en día es una de las carreras de obstáculos más famosas a nivel mundial, presente en catorce países. El próximo mes pruebo suerte con mi primera Spartan Race, prometo contar la experiencia si sobrevivo.

300 final
Final épico como pocos hemos visto en la gran pantalla.

Por todo esto, no puedo sino recomendar a todo el que no haya visto este clásico del cine épico, que lo haga. Y los que sí lo hayáis visto, que volváis a disfrutar haciéndolo. Y es que, sin ser histórica, se trata de una película que genera mucho más interés y curiosidad por esa gran batalla que la mayoría de los expertos y profesores de la materia. Si yo hubiera tenido películas así cuando estudiaba desmotivado y sin interés alguno historia en el instituto, o profesores que me motivaran tanto como ésta, habría tenido calificaciones mucho mejores y, lo que es más importante, ahora sabría más historia y mucho más sobre las Guerras Médicas. Y sobre entrenamientos y musculación, ni os cuento.

Títulos de crédito a la altura del resto del metraje con banda sonora que pocas veces puede considerarse tan original como ésta.


 

1 Comentario

  • Grandísima película sin duda, del que para mi era por aquel entonces el director mas prometedor del momento, que desgraciadamente se ha ido diluyendo película tras película y ha quedado lejos de ser siquiera la sombra de lo que fue.

    Al contrario que a tii a mi sí hay otras dos películas de su filmografía que me parece impresionantes que son:

    – El amanecer de los muertos: Su opera prima era un reto difícil, casi imposible diría yo, puesto que hacer un remake del clásico de Romero era poco menos que un suicidio. El resultado es más que digno, de hecho para mi es la mejor película de Snyder a día de hoy, por encima incluso de 300. El amanecer de los muertos tiene el que es para mi el mejor inicio de la historia del cine de terror, impresionante la escena de la niña en la habitación y la posterior huida de la protagonista, rodeada de todo un apocalipsis.

    -Watchmen: Es una obra impresionante y una adaptación del comic casi perfecta. Su único pecado es que la gente esperaba una película de superheroes al uso y Watchmen no es eso, es más, no tiene nada que ver con eso.

    No nos queda otra que añorar al genio Snyder de sus tres primeras películas e intentar olvidar al actuar director videoclipero en el que se ha transformado.

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