Estos días se están dando a conocer los ganadores de este año del premio más prestigioso que se puede conceder en el mundo de la literatura y de la ciencia, y desde luego el más conocido: el Premio Nobel.
El origen de este premio es curioso. Su fundador, Alfred Nobel, era un químico, ingeniero e inventor sueco nacido en 1833 que patentó más de trescientos inventos que le valieron para amasar una considerable fortuna. Muchos de sus inventos fueron utilizados para fines bélicos como la balística o su patente más famosa, la dinamita, cuya intención cuando la descubrió fue que se utilizara en la minería para que se dejara de emplear la inestable nitroglicerina que tantas muertes causó, entre ellas la de su hermano pequeño.
Alfred muere el 10 de diciembre de 1896 atormentado por los desastres causados por sus inventos y por ello su última voluntad fue que se creara con su fortuna unos premios que reconocieran a aquellas personas cuyos descubrimientos o trabajos beneficiaran más a la humanidad en los campos de la física, la química, la medicina, la literatura y la paz.
Desde entonces la Fundación Nobel estableció un sistema para la elección de los premiados, para lo que creó comisiones de expertos en cada una de las categorías. Dicha comisión se encarga de enviar invitaciones a los organismos que considera idóneos y a los galardonados en años anteriores para que propongan candidatos a ser premiados. Una vez propuestos la comisión estudia a cada candidato y finalmente emite su fallo sobre el ganador o ganadores. El número máximo de ganadores por categoría es de tres, en cuyo caso la cuantía económica del premio se reparte a partes iguales.

Cara y cruz de la Medalla del Premio Nobel de Física otorgado al estadounidense Leon Max Lederman en 1988.
Existe una regla: el Nobel no puede concederse a título póstumo, lo que en 2011 supuso un problema cuando uno de los galardonados en medicina, Ralph Steiman, murió tres días antes de que se anunciara el fallo del comité. Finalmente se decidió concederle el premio dado que fue elegido ganador antes de conocer el comité la noticia de su fallecimiento.
La ceremonia de entrega
A excepción del Premio Nobel de la Paz, que por expreso deseo de su fundador se entrega en Oslo (Noruega), el resto de premios se entregan en Estocolmo cada 10 de diciembre, día de la muerte de Alfred Nobel, en una gran ceremonia donde el rey de Suecia entrega a los galardonados una medalla y un diploma, además de una aportación económica de alrededor de un millón de euros proveniente del patrimonio de la Fundación Nobel que se dedica a invertir la herencia de su fundador estima en la actualidad en unos quinientos millones de euros.

Ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura a Octavio Paz en 1990.
La economía no fue uno de los campos seleccionados por Alfred Nobel para sus premios. El conocido como Premio Nobel de Economía en realidad es un premio que otorga, desde 1969, el Banco de Suecia y cuyo nombre real es Premio Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel. El sistema para la elección de este premio es el mismo que para el resto de premios, y se entrega en Estocolmo en la misma gala, sin embargo la cuantía del premio no sale de las arcas de la Fundación si no del Banco sueco.
El premio en un determinado campo puede quedar vacante si la comisión decide que nadie ha hecho méritos suficientes, lo que por desgracia ha sucedido sobre todo con el Premio Nobel de la Paz. Otras veces el premio de la paz se ha entregado envuelto en mucha polémica como en 1994 cuando lo recibieron los líderes de Israel y Palestina, Isaac Rabin y Yasir Arafat, por un proceso de paz que nunca se concretó o cuando en 2009 se concedió al presidente estadounidense Barack Obama lo que muchos criticaron pues consideraban que carecéa de méritos. Desde luego el candidato más sorprendente propuesto para este premio fue Adolf Hitler en 1939 a quién el comité descartó.
Condecorados célebres
Ha habido cuatro personas que han recibido por dos veces el premio, entre ellas la famosa científica polaca Marie Curie quien recibió el Premio Nobel de Física junto a su inseparable compañero de investigaciones, su esposo Pierre Curie, en 1903 y volvió a ser premiada, esta vez en química en 1911, pero sin su marido ya que este murió atropellado por un coche de caballos en París cinco años antes. La hija de ambos, Irene, también fue premiada con el Nobel de Química en 1935 curiosamente como su madre 32 años antes junto a su marido Frederic Joliot-Curie.
Quizá el ganador más famoso dentro del mundo científico es el físico de origen alemán Albert Einstein que recibió el Premio Nobel de Física en 1922 por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico y no, como muchos piensan, por su famosa Teoría de la Relatividad ya que ésta en aquella época tenía muchos detractores en los círculos científicos.
También ha habido quien ha rechazado el galardón como el filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre en 1964 por, según él, conservar su independencia, o el revolucionario vietnamita Le Duc Tho quien rechazo el premio Nobel de la Paz en 1973 argumentando que su país todavía no gozaba de esta. Otros premiados han sido obligados por sus gobiernos a rechazarlo como les ocurrió en 1939 a tres científicos alemanes obligados por los nazis o al escritor ruso Boris Pasternak autor de la famosa novela llevada al cine Doctor Zhivago, quién en 1958, obligado por el gobierno soviético, tuvo que rechazar el Nobel de Literatura.
Los Premios Nobel españoles
Siete han sido los españoles que han conseguido tan prestigioso galardón, cinco el Nobel de Literatura José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jimenez (1956), Vicente Alexandre (1977) y Camilo José Cela (1989), y dos el Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal (1906) y Severo Ochoa (1959). También se puede considerar dentro de este grupo al escritor de origen peruano Mario Vargas Llosa que se nacionalizó español en 1993 y obtuvo el Nobel de Literatura en 2010.
Discurso de aceptaci?n del Premio Nobel de Literatura de Mario Vargas Llosa ante la Academia Sueca en 2010.
Quizás de todos ellos el menos conocido sea José Echegaray a quien este país quizá no le ha reconocido como merece. Este madrileño no solo fue un personaje sobresaliente por su literatura, como así se lo reconoció la academia sueca, sino que además era un reputado físico y matemático, campos en los que fue profesor en la Escuela de Ingenieros de Caminos. Además, ejerció los cargos de Ministro de Fomento, Ministro de Hacienda, miembro de La Real Academia de la Lengua Española y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la que llegó a ser presidente, presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles y presidente de la Sociedad Matemática Española.

José Echegaray pintado por Joaqu?n Sorolla en 1905.
En 1907 a propuesta de otro Premio Nobel, Santiago Ramín y Cajal, la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales creó la medalla Echegaray. Echegaray murió en 1916 a los 83 años mientras escribía una enciclopedia de física y matemáticas.